Cada año, un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial para consumo humano no llega a ningún plato. En España tiramos 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año. De ellos, en los hogares, el desperdicio alimentario alcanza el 42% del total; en la fase de fabricación el 39%; en la restauración el 14% y en la distribución el 5%.
El problema es enorme desde el punto de vista ambiental, social y también económico.
Desde el ámbito ambiental, el desperdicio de alimentos supone un grave daño a los recursos naturales de los que la humanidad depende para alimentarse: daña el clima, el agua, la tierra y la biodiversidad. El desperdicio de alimentos es responsable del 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero sabemos que si se usan y distribuyen mejor los alimentos el 14% de todas las emisiones provenientes de la agricultura podría evitarse en 2050.
A nivel económico, las pérdidas de alimentos que pueden evitarse tienen un impacto negativo directo en los ingresos, tanto de los agricultores como de los consumidores. Según la FAO el coste total de la pérdida y el desperdicio de comida es de mil millones de dólares, alrededor de 700 mil millones en costes ambientales y unos 900 mil millones en costes sociales.
Por eso, desde la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios del Gobierno de Aragón, junto con Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) están trabajando para hacer frente a este problema sumando esfuerzos con los diferentes sectores: la sociedad civil, las empresas y las administraciones públicas.
Así, hoy se ha presentado la Guía de Buenas Prácticas Frente al Desperdicio Alimentario para los Consumidores que recoge datos y cambios de hábitos para ayudarnos a aprovechar mejor la comida que compramos. Aborda hábitos desde la planificación de la compra, proponiendo por ejemplo preparar los menús semanales para ajustar mejor la compra a las necesidades reales, pasando por consejos para almacenar y conservar mejor como programar adecuadamente el frigorífico a 5°C y el congelador a -18°C; cuestiones sobre la forma de cocinar calculando las raciones adecuadas y reutilizando alimentos; hasta cuestiones de formación y activismo donde anima a hacernos activistas gastronómicos y (y no comprar solo lo “perfecto”) o a utilizar nuestro poder de compra.
Asimismo, se ha presentado también la web sobre desperdicio alimentario que ofrece recursos al sector minorista, la hostelería, restauración y catering, banco de alimentos y una recopilación de buenas prácticas del sector de la distribución elaboradas por diferentes entidades que proporcionan incluso una herramienta de autoauditoría para la gestión del desperdicio y cuestiones clave para encontrar soluciones a este grave problema.
Este acto se acompaña con la entrega de diplomas a las 13 nuevas entidades que se han sumado al Código Aragonés de Buenas Prácticas frente al Desperdicio Alimentario:
- Academia Aragonesa de Gastronomía
- Alcampo
- Atades
- CEPYME Aragón
- Clúster de alimentación de Aragón
- Combi Catering
- Eboca
- Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza
- Fundación Ozanam
- Fundación Picarral-TOPI
- Gardeniers
- La Natural
- Mercadona
Ya son 25 entidades las adheridas al Código Aragonés de Buenas Prácticas. Todas ellas entidades aragonesas vinculadas a la alimentación y al consumo con el objetivo de trabajar para reducir este grave problema. Las 13 nuevas entidades se suman a las ya firmantes:
- Alianza Agroalimentaria Aragonesa
- Asociación de Industrias de Alimentación de Aragón
- ANGED, Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución
- ACES, Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados
- ASUPAR, Asociación de Supermercados de Aragón
- ZAMAS, Federación de Asociaciones de Detallistas de Mercados
- Horeca
- FAMCP, Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias
- FAS, Federación Aragonesa de Solidaridad
- Consejo Aragonés de Consumidores y Usuarios
- Gobierno de Aragón
- ECODES, Fundación Ecología y Desarrollo