Según la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la ocupación de Aragón en el tercer trimestre del año ha bajado un 4,69% respecto a 2019 y, como consecuencia del descenso de la población activa en comparación con el empleo, el paro ha subido un 19,9% respecto al mismo periodo del año pasado, así la cifra total de desempleados en Aragón es de 76.600 y la tasa de paro es del 11,9%, casi 5 puntos por debajo de la media nacional.
Recordamos que las personas en ERTE siguen siendo considerados como ocupados a todos los efectos, por lo que no se reflejan en las cifras. Asimismo, las personas que han perdido su empleo no son contabilizadas como parados, sino como inactivos, por lo que los datos son peores de lo mostrado.
Los datos intertrimestrales tampoco son positivos ya que el número de personas ocupadas ha subido un 0,9% respecto al segundo trimestre de 2020 debido a la reactivación de la economía, pero la población activa se ha incrementado en mayor medida, un 1,05%, y el número de parados ha subido un 2,14%.
El presidente de CEPYME Aragón, Aurelio López de Hita, ha señalado que “las cifras reflejan parcialmente la cruda realidad que está viviendo el tejido empresarial ya que, por ejemplo, no se incluyen las personas que están ERTE. No obstante, son únicamente datos; lo que de verdad importa es el escenario real que se está viviendo pues si la situación para las empresas ya era complicada después de más de tres meses en estado de alarma, esta se va a agravar más todavía si hay una nueva bajada de la demanda”.
CEPYME Aragón ha advertido desde el comienzo de la nueva normalidad de las consecuencias nefastas para nuestra economía, y en especial para las pequeñas empresas, de la aparición de nuevos rebrotes de la enfermedad y de la importancia de continuar con la ejemplar colaboración con las normas.
“Los pequeños empresarios arrastran una carga de deudas e impuestos que no van a solucionar de un día para otro. Todavía hay muchas empresas que a día de hoy continúan con ERTEs y, tras las nuevas medidas, muchas de ellas, especialmente del sector de la hostelería, han tenido que echar la persiana porque las restricciones hacen inviable la rentabilidad. En las empresas se ha respetado y cumplido todas las normas de seguridad desde el primer momento, de hecho, se puede afirmar que son los lugares más seguros actualmente. El problema se encuentra en los contactos y reuniones sociales, por lo que no se puede culpabilizar ni estigmatizar a la actividad económica. Pedimos respeto y responsabilidad, pues esto puede ser la estocada definitiva para muchas pequeñas empresas. Por favor, seamos solidarios y cumplamos las normas”, ha concluido.