Las pequeñas y medianas empresas perderían 1.100 millones de euros a la semana si hubiese un nuevo confinamiento, según se desprende de un estudio realizado entre CEPYME y CEPREDE.
Este informe incide también en que en torno a 300.000 empleos en las pymes se verían afectados por esta situación.
La vuelta a una situación de confinamiento similar al que se vivió en abril provocaría una contención de los niveles de facturación en el conjunto de las empresas, no solo las pymes, del 14% y un impacto sobre el empleo total del 9,4%. Así, las pérdidas para todas las empresas serían de 1.800 millones por cada semana de cierre y se verían afectados unos 480.000 trabajadores.
Los impactos por sectores, al igual que en el primer confinamiento, serían “muy diferentes” dependiendo de las distintas ramas de actividad y tendrían distintas repercusiones. Así, habría desde impactos “prácticamente nulos” o incluso “ligeramente positivos” en actividades sanitarias, telecomunicaciones o servicio financieros, hasta reducciones que superarían el 15% de facturación en agencias de viajes y operadores turísticos o el transporte aéreo.
La mitad de la pérdida de facturación por cada semana de confinamiento (1.800 millones de euros) se concentraría en las actividades de construcción, hostelería, comercio mayorista, minorista, inmobiliarias, automoción y transporte terrestre. En los últimos meses del año, las pérdidas de facturación en la empresa fueron de 1.200 millones, según se destaca en el estudio.
El presidente de CEPYME, Gerardo Cuerva, ha explicado que las pymes necesitan ayuda, porque “están al límite”. “Cada día que pasa, la empresa está más perjudicada, más dañada”, ha subrayado.
Gerardo Cuerva ha señalado que la pequeña y mediana empresa ha podido resistir durante estos meses invirtiendo patrimonio y acudiendo a financiación para afrontar gasto corriente.
No obstante, el alargamiento de esta situación está provocando un grave deterioro de los balances de las empresas, que acusan no solo problemas de liquidez, como se contempló en un primer momento, sino que dichos problemas de liquidez están derivando en preocupantes problemas de solvencia que pueden lastrar la viabilidad de las empresas. De hecho, según datos del Banco de España de finales de 2020, el porcentaje de las empresas insolventes se sitúa entre el 14% y el 19%, y pronostica que hasta un 10% de las empresas serán inviables.
Por este motivo, y dado que la duración de la crisis provocada por la COVID-19 se está alargando mucho más de lo inicialmente previsto y cuyo fin todavía está plagado de incertidumbre, el presidente de CEPYME ha indicado que “es urgente la aprobación de medidas, entre ellas las ayudas directas, que palien la destrucción del tejido productivo en esta última fase de la crisis, en línea con las recomendaciones de diferentes organismos, entre ellos la propia Comisión Europea”. Estas ayudas deben ser “eficaces, pero también eficientes”, por lo que las medidas deben orientarse específicamente a las empresas que lo necesitan, “evitando generalizaciones”.
El presidente de la patronal considera que se tendrán que tener en cuenta las diferentes problemáticas de las empresas, como pueden ser el problema de acceso a financiación, la falta de liquidez o los problemas de solvencia.
Para solucionar los problemas de solvencia, CEPYME propone aumentar la cuantía de los préstamos ICO para pymes (200.000 millones) y dar ayudas directas a las pymes que supongan un importe del 20% de la pérdida de facturación de 2019.
También pide aumentar los aplazamientos a la Seguridad Social y Hacienda hasta en 24 meses sin garantías, reducir el recargo de retraso del 20% al 5% o por dar “vacaciones fiscales” en 2021 cuando la pérdida de facturación sea de un 30% en comparación con 2020.
Por otro lado, aboga por que se haga un pago inmediato de todas las deudas del conjunto de las administraciones públicas con las pymes.
Para hacer frente a los problemas de solvencia, CEPYMEpropone que se conviertan los ICO en ayudas directas para las pymes, que haya una aportación de inversión público-privada en capital pymes con gestión privadas, que se den incentivos para invertir en pymes, así como incentivos fiscales para la fusión de microempresas y que se eliminen las barreras de empresas de 50 trabajadores para que puedan aumentar de tamaño. Por último, la Confederación considera necesario que se aprueben ayudas directas a la digitalización y la transformación digital en las pymes.