CEPYME Aragón quiere mostrar su preocupación ante las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno de Aragón que, nuevamente, ponen a los empresarios en la diana. La organización empresarial considera que no se puede culpabilizar a la actividad económica de las cifras de contagios, sino a la falta de distanciamiento social y la irresponsabilidad de algunas personas. El origen de los rebrotes viene de los contactos y reuniones sociales, así como de actividades de ocio ilegal, cuestiones contra las que la organización empresarial pide combatir más duramente y no estigmatizar a la actividad económica.
La organización empresarial quiere, además, expresar su rechazo a la medida anunciada por el Gobierno de Aragón de establecer el certificado COVID para ciertas actividades. CEPYME Aragón considera que este cribado ni beneficia, ni mitiga el riesgo de contagio o exposición al virus ya que la vacunación protege mucho frente a la enfermedad, pero no impide la capacidad de contagio, más aún sin tener todavía a toda la población vacunada.
Con el durísimo año que está pasando la hostelería y el sector de actividades juveniles, esta medida, que no se plantea sin embargo para otros establecimientos cerrados, supone un nuevo obstáculo a pesar de que se ha demostrado que los empresarios cumplen rigurosamente con las medidas de seguridad.
Asimismo, CEPYME Aragón considera que no puede exigirse la presentación de una PCR o test de antígenos negativo ya que esta prueba no es gratuita (a diferencia de otros países), y puede considerarse discriminatorio entre quienes han podido inmunizarse ya y los que no. Más allá, además, de los problemas con la Ley de Protección de Datos y la intimidad de las personas, pues está en duda la legitimidad que tiene un empresario para recabar ese tipo de información sensible. Los empresarios no pueden asumir competencias que no le corresponden. Los empresarios son solo eso, empresarios, no policías o jueces.
Llevamos más de un año con esta situación, ya no es una realidad nueva y las consecuencias son sobradamente conocidas. Es momento de saltar la dicotomía entre sanidad y economía y actuar de manera preventiva para mantener el equilibrio entre ambos aspectos.