Según la Encuesta de Población Activa (EPA), publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la población activa de Aragón en el tercer trimestre de 2022 ha descendido un 0,54% respecto al 2021 y la población ocupada ha bajado un 0,86%. Así la cifra total de desempleados en Aragón es de 58.300, 1.500 personas menos que el año pasado, y la tasa de paro es del 9,08%, más de 3 puntos por debajo de la media nacional, que sitúa en el 12,67%.
Los datos intertrimestrales, igualmente, son negativos ya que el paro ha aumentado un 0,94% respecto al segundo trimestre del año (500 personas) debido, entre otros motivos, a que la población activa ha decrecido por encima de lo que lo ha hecho el empleo.
Recordamos que las personas que han perdido su empleo no son contabilizadas como parados, sino como inactivos, por lo que los datos son peores de lo mostrado, teniendo en cuenta que nos encontramos en una fase de reactivación económica.
La presidenta de CEPYME Aragón, María Jesús Lorete, ha señalado que “los datos reflejan lo que llevamos avisando desde hace meses: la reactivación económica se ha estancado porque las empresas están teniendo problemas principalmente de gastos. Es positivo tener una tasa de paro por debajo de la media nacional, pues demuestra la fuerza de nuestro tejido empresarial, pero es alarmante que se haya reducido el empleo en tres de los cuatro sectores productivos (industria, agricultura y construcción), sectores básicos para generar estabilidad. Igual de preocupante es la tasa de paro juvenil que se sitúa en el 28,35% en Aragón y en el 31,01% a nivel nacional”.
CEPYME Aragón insiste en la importancia del apoyo a la actividad empresarial y, más especialmente a las PYMES y autónomos que crean 7 de cada 10 empleos generados en nuestra Comunidad. Recordamos, asimismo, que el 99,9% del tejido empresarial aragonés está formado por PYMES y autónomos de los que el 95,43% son empresas con menos de 10 trabajadores y que han pasado por muchas dificultades en el último año y medio.
“Tenemos un IPC desbocado, unos precios de energía y combustible altísimos, continúa la falta de suministros y las perspectivas no son nada halagüeñas de cara al invierno. La incertidumbre sigue marcando el futuro a corto plazo, pues no se sabe qué va a pasar con la guerra de Ucrania entre otros aspectos, y una empresa no puede sobrevivir con ambigüedad ni volatilidad, especialmente las pymes y los autónomos”, ha asegurado Lorente.