Tras la publicación del informe de la Confederación Hidrográfica del Ebro sobre la planificación del cuarto ciclo 2028-2033, CEPYME Aragón quiere mostrar su preocupación y solicita a la CHE que recapacite sobre su intención de reducir entre un 12% y un 15% la dotación de agua para Aragón.
Si bien es cierto que estamos hablando de un borrador, la tendencia es evidente y los más perjudicados serán los de siempre: las pequeñas explotaciones agrícolas. Los agricultores ya han invertido mucho dinero en modernizar sus regadíos, pero no se puede pretender reducir los tecnificados al máximo.
Aragón tiene unas características que nada tienen que ver con otros países europeos. La disponibilidad de agua en nuestra Comunidad Autónoma está influenciada por el clima mediterráneo continental, caracterizado por inviernos fríos y veranos calurosos y secos. El cambio climático ha alterado los patrones de precipitación y ha incrementado la frecuencia de sequías, lo que ha llevado a una disminución general de la disponibilidad hídrica. Por supuesto que debemos ahorrar agua siempre que sea posible pero si no hay agua, no se puede ahorrar.
El sector se ha visto obligado a adaptar sus cultivos a las nuevas condiciones. Los pequeños empresarios tienen menor capacidad de inversión y este tipo de decisiones ponen en riesgo la rentabilidad y la viabilidad a largo plazo de ciertas actividades agrícolas.
CEPYME Aragón espera que en el proceso participativo se reconsidere el recorte dotacional y que, en todo caso, la reducción esté ligada al despliegue de ayudas a la modernización de sistemas de riego.